sábado, 4 de agosto de 2007

ORGULLOSO DE SER PERUANO 30/07/07


Ya no quedan dudas en mí, definitivamente “orgulloso de ser peruano”. Aun recuerdo los días previos al Inka Trail, días llenos de ansiedad y nerviosismo, el solo pensar en la posibilidad de no vivir esa experiencia me llenaba de angustia. Hacia ya más de 5 semanas había dejado mi ciudad con una mochila llena de ilusiones y ansias por nuevas y enriquecedoras experiencias; siendo por supuesto, la más grande, el recorrer el afamado y lleno de historia “Camino Inka”.
Ahora, días después de haberlo recorrido, y por esas cosas del destino, almorzando solo en un restaurante cuzqueño, mientras el resto de ruteros se encuentran donde yo ya estuve hace algunos días; los recuerdos y sentimientos que tuve en aquel Camino Inka, fluyen nuevamente, obligando a dejar de lado cubiertos y a empuñar un lapicero, para de esa manera dejar todo registrado en mis crónicas de viaje.
Con equipo de montaña y provisiones al hombro, partimos rumbo a Ollantaytambo, donde empezaría nuestra última gran aventura, que cerraría con broche de oro esta expedición de 41 días.
De inicio a fin fue una experiencia inolvidable. Paso a paso, mi espíritu se engrandecía y mi corazón se repatriaba más y más. Que grande es mi Perú pensaba y que pequeño nuestro sentimiento por él. Cuan distinto sería nuestro país si todos albergáramos un firme y sincero sentimiento patrio – no dejaba de repetirme -.
El Camino Inka, nos mostró todo su esplendor. Desde el brillante sol y la refrescante lluvia, hasta el frío extremo con nieve y granizo. Hubo momentos duros, en los cuales el cuerpo se resentía y se negaba a continuar, pero mi espíritu de admiración no descansaba y me obligaba a seguir. El solo pensar que los antiguos inkas recorrían ese camino a diario y sin equipo de montaña, me revitalizaba. El hecho de literalmente pisar por donde ellos pisaron me enorgullecía y me hacía sentir cada vez más peruano.
Recuerdo la tarde del segundo día, donde casi bordeando los 4250msnm regresé la mirada e inexplicablemente mis ojos se llenaron de lágrimas y mi rostro esbozó una enorme sonrisa. Fue un sentimiento único, un sentimiento de pertenencia a mi Perú, algo que marcó mi alma con un sello indeleble.
Con los ánimos al tope conquisté la cima y me detuve a contemplar el hermoso paisaje. Aún falta camino por recorrer me dije y seguí caminando hasta el campamento donde pernoctaríamos aquella noche.
Sabía que la parte más difícil del Inka Trail había ya había pasado y que la mañana siguiente traería consigo una gran recompensa, aunque ya había logrado saborear con anticipación parte de ella.
Lo sentido al contemplar Machu Picchu, desde la Puerta del Sol, al finalizar el tercer día de trekking es indescriptible. Parecía que Machu Picchu nos había estado esperando, apenas llegamos la densa niebla cambió de rumbo, permitiéndonos así contemplar desde lo alto al orgullo peruano, la cuarta Maravilla del Mundo. Esta vez no fueron mis ojos quienes lloraron, sino mi corazón. Mis latidos se aceleraron y sólo atine a festejar entre abrazos y aplausos con mis compañeros que habían llegado minutos antes.
Fue una experiencia sui generis, que no cambiaría por nada. Una experiencia que me permitió tomar la dosis de “peruanidad” que hace mucho tiempo mi espíritu reclamaba; y aun cuando la juventud de la cual soy parte, se ve marcada por una sociedad consumista y materialista, que nos hace perder poco a poco identidad con lo nuestro… ya no quedan dudas en mi, definitivamente “orgulloso de ser peruano”.

martes, 5 de junio de 2007

DE LA UTOPÍA A LA REALIDAD: DANDO EL GRAN PASO


*Carta de presentación a la ARI (Asoc. Ruta Inka)

Abril - 2007

Trujillo - Perú


Es tanta mi ilusión por participar en Ruta Inka 2007, son tantos los sentimientos encontrados, que me es muy difícil plasmar por escrito las razones por las cuales deseo participar. Empezaré diciéndoles que desde un inicio me sentí identificado. Desde pequeño a la fecha, he integrado agrupaciones e instituciones de diversa índole que han ido formando en mí una personalidad íntegra y un gran espíritu de admiración, un espíritu que me lleva a sorprender por las maravillas de la vida, de mi país, de mi mundo, sus diversas culturas y su gente. Que me lleva a reconocer que es más lo que ignoro, que lo que conozco; y que me alienta siempre a vivir nuevas y revitalizadoras aventuras en pos de desarrollo. “Tras las huellas del legendario Manco Cápac”, sería sin lugar a dudas una experiencia única, donde me pondría en contacto directo con mi cultura ancestral, por la que guardo gran respeto y admiración. Recuerdo con tanta emoción mi viaje al Cuzco hace algunos años, que al imaginarme participando en Ruta Inka 2007, mis ojos brillan, mi semblante de soñador emerge y mi corazón vibra. Con tan solo cerrar mis ojos y pensar en recorrer esa Ruta tan llena de significados, tan llena de historia, me siento teletransportado y lleno de energía.

Pertenecí por más de 6 años al Grupo Scout Trujillo 11, en donde aprendí lo valioso de trabajar en equipo, comprendiendo que muchas veces vale más la pena escuchar que discutir. Aprendí también, a tener un gran respeto por nuestro medio ambiente, y que nuestra meta, siempre debe ser, dejar cada lugar que visitamos, mejor de cómo lo encontramos. Todos esos años viví experiencias inolvidables, campamentos asombrosos, largas caminatas. Vale la pena comentar una de las mejores caminatas que viví, de más de 90km, desde la plaza de Armas de Trujillo hasta la de Otuzco, en la serranía de La Libertad. Fue maravilloso observar el cambio de clima, los tan diversos y hermosos paisajes, la neblina en la fría noche y la aventura de pernoctar al raso bajo la luz de la luna. No cambiaría por nada el sentirme uno con la naturaleza al llegar como mochilero y acampar en Pishka, en las faldas del Huascarán. Comiendo lo que nuestras manos preparaban o lo que los lugareños tan amablemente nos ofrecían. Pasando frío, cansancio y un sinfín de incomodidades, que al final sí que valían la pena. Y es que no hay otra forma de conocer la naturaleza que haciéndose uno con ella.

Años más tarde, en el Interact Club Trujillo Norte, aprendí al 100% una de las mayores enseñanzas del Rotary Internacional, que mis padres rotarios siempre repetían, “Dar de Sí, antes de Pensar en Sí”. Aprendí entonces, que debe ser siempre más lo que pretendo dar, que lo que pretendo recibir. Aunque déjenme decirles que al dar somos siempre nosotros los que más recibimos, y es que aun cuando suene a frase cliché, es muy distinto decirlo a vivirlo. Y yo sí que lo viví. Esa mirada de gratitud de personas que de una u otra manera, desinteresadamente apoyamos, no tiene precio, esa sensación de paz y sosiego no la cambio por nada. Que hermoso será el día que todos los pueblos dejemos de ver el dar, el apoyo, la solidaridad…. como un deber u obligación con los desfavorecidos y empecemos a ver todo eso como un derecho gustosos de reclamar. Que hermoso será el día que dejemos de pelear por quien recibe más y empecemos a preocuparnos con el corazón en la mano, por quien da lo mejor, quien da más. Sin hipocresías, sin rencores, sin ocultos intereses. Todo de igual a igual. Y es que todos somos iguales, no existe el tú, el él, el ellos…..nada. Tan solo existe el NOSOTROS. Debemos entender que todos los pueblos somos UNO al tener la misma meta en la vida, …..la felicidad. Quizás para algunos, hablar de integración y hermandad entre todos suene utópico, mas para mí suena a latente realidad. Todo depende de nosotros, de que nos animemos a dar el primer paso; ya que como alguien dijo alguna vez: “hasta la más larga de las caminatas empieza con un solo paso”. Siento que Ruta Inka 2007 es de gran forma uno de esos primeros pasos por integrar pueblos, por integrar culturas; de allí mi afán de participar en ella, de ser un hacedor en vez de un mero observador a distancia, de ser y sentirme partícipe de tal loable labor. No los defraudaré.

Mi formación católica, estoy seguro, es también un factor determinante en mi personalidad. Esta formación desarrolló en mí grandes y constantes deseos de mejora personal y espiritual, que sin lugar a dudas la participación en Ruta Inka 2007 logrará acrecentar.

Creo importante agregar que producto de mi estilo de vida, puedo afirmar que me encuentro en las condiciones físicas y psicológicas que Ruta Inka 2007 requiere. No sería para mí una experiencia totalmente nueva, pero por su connotación histórica y de hermandad entre distintos pueblos sería única en su género. Estoy seguro me ayudará enormemente a revalorar mi identidad, y compromiso con mi pueblo y su gente.

Quiero expresar también a través de esta carta de presentación, que mi interés y deseo por aprender cada vez más, no limita mi deseo por enseñar. Me imagino entre los jóvenes de todas partes del mundo, contándoles acerca de nuestra gran cultura peruana y trujillana; enseñándoles algo del tradicional baile de marinera que desde pequeño cultivo. Sería maravilloso conocer jóvenes como yo, soñadores, aventureros, con deseos de superación y de dejar nuestro mundo mejor de cómo lo encontramos.

Hubo hace mucho tiempo alguien que dijo: “la palabras convencen, pero los hechos arrastran”. Permítanme decirles que hace mucho tiempo decidí ser un hombre de hechos y no de palabras. Participar en Ruta Inka 2007 “Tras las huellas del legendario Manco Cápac”, sería sin lugar a dudas un hecho que me permitiría “arrastrar” a muchos por el camino de los retos y responsabilidades, de la fraternidad y la integración. Sería sin lugar a dudas unos de esos primeros pasos en la “gran caminata de la integración” que, aunque para unos sea utópico, para mí es una latente realidad.

lunes, 4 de junio de 2007

HISTORIA DEL ESCUDO DE TRUJILLO


Trujillo, ciudad de casonas y balcones coloniales, esta cerca de cumplir 187 años desde su independencia, he aquí una breve reseña de su historia.


El 7 de diciembre de 1537, el emperador Carlos V concedió a Trujillo un escudo de armas, probablemente por gestiones que realizó Hernando de Cevallos, quien también tramitó el nombre de nuestra ciudad.

El emblema original, que figura en la Cédula Real de 1537, está compuesto por dos columnas que reposan sobre aguas azules y blancas. Encima de ellas se ubica una corona de oro, cercada de perlas y piedras.

También contiene dos bastones que abrazan a dichas columnas, que sirven como marco para una letra "K" de oro. Encima de escudo se ubica un grifo que mira hacia la derecha.

A finales del siglo XVIII, al escudo le fueron agregados tres roeles de oro en las dos columnas de plata, dichos roeles representaban la nobleza de las familias trujillanas..


ELEMENTOS DEL ESCUDO

- CAMPO AZUL: el fondo azul representa la justicia, alabanza, hermosura, perseverancia, celo, lealtad y la obligación de socorrer a los fieles servidores que no han sido recompensados.

- ONDAS AZUL Y PLATA. El dominio del mar.

-LOS ROELES: Representan la nobleza trujillana.

- EL GRIFO. Animal mitológico (cuerpo de león, cabeza y alas de águila). Significa la fuerza, audacia, rapidez y fiereza.

- LOS BASTOS O ARMAS DEL HOMBRE PRIMITIVO. Simbolizan fortaleza, valor y vencimiento con sangre. Hombres valientes.

- LA LETRA K DE ORO. Es la inicial de Karolus o Carlos V en alemán.


* Texto fuente: La Industria - martes 28 dic 2004 -
* Imagen tomada de colección numismática "Cueva-Escobedo & Ramírez". Medalla acuñada por motivo de la inauguracion del Centro Viejo. Año 1906. Mineral Plata.